Manipulación mediática.
Una televisión islámica
argentina, Annur, el 23 febrero del 2012, sube un artículo, poniendo unas preguntas: ¿“Si Lo que ves en
la tele en Siria, ha pasado así
realmente?” y ¿Se mereció Siria esto? ¿Era tan malo su régimen? Algunos de los
que viven allí piensan que no. Algunos que llegan hasta el 70% de la población,
al menos. La realidad de Siria era antes de la guerra muy distinta. Tenía, el
Gobierno de este estado laico multiconfesional, el apoyo de la mayoría de su
pueblo, que es el que está sufriendo las consecuencias de una guerra civil en
la que grupos armados autóctonos islamistas, con el apoyo de yihadistas libios
y talibanes, con armamento israelí y estadounidense, entrenados e infiltrados
deliberadamente desde Turquía y Líbano, atacan a las fuerzas de seguridad y
destruyen infraestructuras con atentados terroristas constantes. Además, estos
grupos armados secuestran y asesinan a civiles de la minoría alauita por el simple
hecho de compartir confesión con el presidente. Ésta es la verdadera “primavera
árabe siria”.
La emisora quiere hacer frente al
problema de la manipulación que los medios de comunicación ejercen sobre la
opinión pública. A pesar que al otro lado vigía un régimen laico, de los
que ya no queda ninguno, en los países islámicos.
Pero
como la verdad oculta espera su venganza, poco a poco y con cuentagotas empieza
a filtrarse información de la realidad siria y de la magnitud de la tragedia de
una guerra civil no declarada. Y es por ello que antes de que la opinión
pública y la comunidad internacional sean conscientes de lo que realmente
ocurre, los países occidentales han intentado a contrarreloj arrancar una
resolución en la ONU para intervenir militarmente. Cabe decir, según el
periódico, que las agencias de noticias occidentales, fabrican las noticias en
base a los intereses geoestratégicos de los países que las financian, noticias
que son impuestas a los diferentes medios de comunicación de masas, cuyas
sociedades son víctimas de una manipulación mediática que los sume en una
desinformación por tergiversación de la realidad, negándoles la posibilidad de
contrastar la información recibida. A
consecuencia de ello y por lo que a Siria se refiere, la opinión pública de los
países occidentales y parte de la opinión pública internacional solo pueden ser
unánimes en la creencia de que el pueblo sirio quiere que Bashar al Assad
abandone el poder, mientras éste asesina indiscriminadamente a manifestantes
pacíficos y demócratas, habiendo ejecutado ya a millones de personas.
¿Por qué ese interés desmesurado en que caiga el Gobierno de este pequeño
país de Oriente Próximo a toda costa? Desde hace décadas Israel y Occidente
muestran un interés casi obsesivo en que Siria caiga. En los últimos años Siria
ha sido incluido en el Eje del Mal y ha sido deliberadamente aislado en la
región, siéndole también impuestas dolorosas sanciones económicas que han
afectado principalmente a la población. Siria y Líbano son los países que
conectan el Mediterráneo con toda Asia. Si el plan occidental fracasara, un
nuevo eje comercial y energético desde el Líbano, pasando por Siria, Irak,
Irán, Afganistán y Tayikistán, nacería hasta China, que llegaría a estar
conectada geográficamente con el Mediterráneo. El presidente Sirio, Bashar Al
Assad, para contrarrestar el efecto de las sanciones ideó el proyecto
diplomático de los cinco mares con el objetivo de crear una alianza geopolítica
en una marco de cooperación entre los países con fronteras marítimas. EE.UU. e
Israel boicotearon cualquier acercamiento e intimidaron a los países vecinos
para que contribuyeran a un mayor aislamiento, dado que un mayor protagonismo
de Siria en la región ponía en peligro los intereses geoestratégicos de estas
grandes potencias en la zona a medio plazo.
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