Heavy metal: válvula
de escape
En muchos países del mundo árabe se sabe que
la libertad de expresión es prácticamente nula debido a la censura aplicada por
las autoridades. Fruto de la violencia, la corrupción de los gobiernos
autocráticos y la pobreza de muchos de estos países la gente cada vez más se
atreve a expresar su opinión utilizando cualquier medio ya sea una
manifestación, un cuadro, una película, un poema o también a través de la
música.
La música se ha convertido en un método de
expresión muy potente hoy en día. La letra o la melodía de una canción pueden
llegar a tener mensajes muy sugerentes que penetran en los distintos estratos
sociales y pueden ser usados como protesta en situaciones de descontento y
represión o también para escapar de la realidad y solo por unos minutos
colmarse de paz.
El género musical del heavy metal se inició
en Gran Bretaña a mediados de los años sesenta. Rápidamente empezó a llegar a
todos lados del mundo como un género rompedor y duro que captó la atención
sobre todo de los más jóvenes. Pero no llego de la misma forma a los distintos
continentes debido a la intransigencia política y religiosa delante de un tipo
de música tan dura y según que ocasiones asociada a prácticas satánicas.
En el mundo árabe el heavy metal ha sido
duramente golpeado al restringir su práctica y disfrute a los jóvenes, que a
través de escuchar la música y también
interpretarla con sus instrumentos se han podido evadir de la violencia que
suele rodear a muchos de ellos en sus respectivos países. Una de las
expresiones más grandes y abierta que se encuentra en el Oriente Próximo del
Heavy Metal es el Desert
Rock Festival que se celebra en Dubái. Allí acuden miles
de personas amantes de esta música para poder disfrutar sin temor a ser
perseguidos y acusados de prácticas oscuras.
La realidad de este género en los distintos
países árabes se aleja mucho del idílico ambiente del Desert Rock Festival. Su
práctica y disfrute son duramente castigados en países como Irán, Arabia Saudí
o el Líbano, tal como describen algunos
fans en el documental Global
Metal, en la parte que hace referencia al metal en esta zona
del mundo. A menudo llevar una camiseta de un grupo de música determinado o
llevar el pelo largo bastan para poder ser acusados de prácticas satánicas y
posteriormente encarcelados.
Los músicos siempre se encuentran en el
punto de mira de las fuerzas de seguridad. La banda iraquí Acrassicauda fue
objeto de acusaciones y atentados durante el período de la ocupación del país en
el año 2003 y el caos posterior a esta. Sus miembros cuentan su día a día en el
documental Heavy
Metal in Baghdad, en el que muestran cómo puede llegar a ser
perseguida una persona por tener afición a este estilo musical. No se vinculan
ni con la religión ni la política, que es también el caso de muchos jóvenes que
siguen esta música, ellos solo quieren disfrutar tocando sin que la
problemática política o religiosa afecte su modo de vida.
El heavy metal es una pasión que debe ser
respetada en cualquier lugar. Su uso y disfrute sirven en la gente del mundo
árabe como válvula de escape a los problemas constantes que sufren debido a las
guerras, al terrorismo y a la gestión de sus déspotas gobernantes. Es una forma
de vida que no se permite que siga su camino al igual que muchos otros derechos
que hoy en día no existen en estos países.
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