En agosto de 2012 se estrenó en Irán la película Mohammad Rasul Allah (tráiler) del director iraní Mayid Mayidi. El film se basa en los acontecimientos inmediatamente previos al nacimiento del Profeta Muhammad y su llegada al mundo. Está considerada por el director y sus productores como una la película más importante del cine iraní.
Sin
embargo, la polémica ha estallado debido a que el Profeta es
representado en la cinta. A pesar de que en ningún momento es
mostrado de frente y, por tanto, no se le ve la cara, muchas
autoridades en el mundo islámico, concretamente
las
de Arabia Saudí, han
protestado contra la emisión de la película debido
al conocido tabú islámico sobre la reproducción de imágenes,
particularmente las humanas, y más concretamente la
del Profeta Muhammad.
El
tabú de la representación visual de la imagen del Muhammad es
defendida por muchos musulmanes como una forma de evitar desviarse de
la adoración a Dios. Sin embargo, estos mismos reconocen que en el
Corán no
existe una prohibición expresa sobre este tema. Aún así, para la
mayoría de los musulmanes (sunníes principalmente), el aniconismo
es una tradición inamovible. No obstante, en Irán la visión que se
tiene respecto a este tema es completamente distinta.
Muchos
consideran que la prohibición de representar al Profeta no empezó
hasta los siglos XVI y XVII. De esta forma, existe una
extensa obra de miniaturas, la
mayoría de ellas compuestas en el siglo XIII,
en las que se ve a Mahoma plenamente representado. Puede
que no sea casual que la mayoría de ellas proceden de Irán.
Algunos expertos en cuestiones de
identidad en el mundo árabo-islámico, como Pierre y Micheline
Centlivers, consideran que el Islam chií resulta mucho más flexible
a la hora de representar imágenes del Profeta del Islam. De hecho,
estos autores desentrañaron el origen de una imagen del Profeta
realizada en Irán, que curiosamente se había basado en fotografías
de carácter orientalista
sobre un niño que se mostraba en una pose sensual y provocativa,
con cierto aire homosexual.
Cabe señalar que desde ciertos
puntos de vista de la jurisprudencia chií, como la del ayatollah
iraquí al-Sistani, la reproducción de imágenes del Profeta
está permitida siempre que se haga con respeto.
Sin
embargo, a pesar de que el personaje que representa al Profeta en la
película de Mayid Mayidi ni siquiera muestra su cara, el Islam
sunní, incluyendo algunas de sus más importantes instituciones como
la Universidad de al-Azhar, ha protestado enérgicamente. De
esta forma, con este asunto ha salido a relucir una de las grandes
diferencias de perspectiva que se dan dentro del Islam. Mientras que
los chiíes no escatiman en el uso de imágenes de las principales
figuras que forjaron el Islam, como el Imam Ali o sus hijos Hasan y
Husayn, cuyas muertes se conmemoran incluso con representaciones
teatrales (Ta'ziyeh),
o incluso películas y series sobre otros
personajes religiosos, la mayoría de las escuelas sunníes
rechaza plenamente las representaciones física. Sin
embargo, estos
últimos sí
han sido partidarios de los retratos “escritos” denominados
hilya.
Entre las caricaturas de Mahoma
de la revista Charlie Hebdo y el aniconismo drástico de algunos
musulmanes (particularmente del mundo sunní), parece que se ha
encontrado un término medio en el cine iraní. Entre otras cosas,
esta era una
de las intenciones del director de la película.
No hay comentarios:
Publicar un comentario