miércoles, 23 de diciembre de 2015

El cine independiente en Egipto



Tras una década de un cine de drogas, corrupción de políticos y hombres de negocios y largometrajes puramente comerciales, surge en Egipto, en los 90, un tipo de cine que no pretendía más que hacerle reír al espectador. Tal cine de comedia, llamado como el Cine de los Jóvenes, pudo, a pesar de todo, atraer a espectadores hartos de antiguas estrellas y antiguos temas totalmente consumidos.








Si el cine de los 70 se caracterizó por películas de guerra, como respuesta patriótica a la Guerra del 6 de octobre 1973, y los 80 por criticar la llamada  Apertura económica que hizo El Sadat, y sus consecuencias sociales y económicas, el cine de los 90 se caracterizaba más por reír por reír, la comedia por comedia, utilizando la ironía del clasismo y de las costumbres más frágiles para construir un nuevo discurso cinematográfico. No sólo en frente de un cine que santificaba la Patria con protagonistas más angélicos, sino también en frente de un discurso oficial cursi. Así, el Cine de los Jóvenes, protagonizado por Mohamed Hinedy, Hany Ramzy, Alaa Walieddin, Ahmed Helmy, se acercó más al mundo del espectador, a su lenguaje cotidiano y sus pequeños crisis, cuyo contenido fue  los "pequeños relatos" en términos narrativos.






Con películas como صعيدي في الجامعة الأمريكية comenzó un cine irónico y humorístico, con tono diferente a la comedias de los 60. Comedia que se burla de todo. Entonces, la figura de la estrella del cine debía cambiar. El protagonista ha dejado de ser guapo, elegante, atractivo, a favor de un protagonista de las callejuelas de El Cairo o de los suburbios del Sur de Egipto. Asímismo, ha dejado de ser el heróe colectivo. Es más bien un ciudadano derrotado por las circunstancias económicas, aunque no dijese eso sino lo usa como un instrumento para provocar el chiste y el humorismo. El mismo ciudadano puede ser emigrante también, como en 
همام في أمستردام, un terreno que permite criticar las costumbres y tradiciones egipcias, comparando entre dos sociedades de culturas diferentes. Pero lo de criticar, como dicho antes, es un instrumento para reírnos de nosotros mismos.



El protagonista, entonces, tenía las cualidades postmodernistas. un heróe sin heroísmo. un protagonista que no tiene respuesta a nada. un simple ciudadano perdido en la tierra. Y para disfrutar de la vida, se ríe de sí mismo. Esta tendencia postmodernista en el cine egipcio tenía también su eco en la novela de los Noventa. Una década donde fue materializado el fracaso del Nacionalismo Árabe por la Guerra del Golfo, de una parte, y la privatización de las empresas nacionales, de otra. 
 Con el Nuevo Milenio, las estrellas de los 90 siguieron, y siguen hasta hoy día, presentando las mismas ideas, pero perdiendo, cada vez más, al público. El éxito que tuvo Mohamed Saad en اللمبي  y بوحة ha sido increíble. La cima del éxito que alcanzó el cine egipcio en su Historia larga, al nivel comercial, claro. Ahora, con Saad, trasladamos a otro periodo: el protagonista deformado, más ingenuo, más fuera de la ley, más representativo de una sociedad en crisis, drogada. 



Al margen de este cine, había otro cine más serio, como el del director Dauod Abdel Sayed رسائل البحر y Mohamed Khan فتاة المصنع . Dos directores de generaciónes anteriores que tienen una carrera iluminada. Con menos éxito comercial, pero más éxito al nivel intelectual y crítico. Además de Yousry Nasrala بعد الموقعة. De aquí justamente se puede hablar del nacimiento de un cine independiente.

El cine independiente es, en el fondo, una respuesta contra el cine comercial. Pero también contra un cine tradicional que cada vez se repite a sí mismo. No sólo en los temas que adopta, sino también en las técnica cinematográficas y las estrellas. Entre los representantes de esta nueva corriente encontramos a Ahmed Abdullah El Sayed (1985). Abdullah hace películas experimentalista, con técnicas nuevas, y poco público. Son obras más elitistas que parecen hijas, de visión artística, de Yousef Chahine. Son largometrajes con tono documental, más representativo de la clase media. Una clase casi apartada de la gran pantalla en la mayor parte de los largometrajes.
Entre sus obras  فرش وغطا  donde la Revolución egipcia tiene un eco. Es la historia de un preso que, por falta de inseguridad, ha podido escapar. A diferencia de otros largometrajes suyos, Abdullah presenta a un protagonista derrotado, perdido del habla, en un mimo.
El cine independiente, en Egipto, se preocupa por varios elementos. Entre ellos viene el movimiento de la cámara. Además, crear a nuevos protagonistas y presentar nuevas persvectivas de la vida egipcia. Es independiente también porque no se apoya en el Estado, ni aspira a ganar un gran público. En otras palabras, es un cine que pretende formar un nuevo gusto, una nueva sensibilidad. Sensibilidad basada fundamentalmente en lo estético. 



       

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